El nacimiento en el agua, algo natural
El parto en el agua es algo que, cada día, está más de “moda”, por así decirlo, y es algo que podríamos denominar como “natural”.
No solo porque el agua es una fuente natural de vida, imprescindible para nuestro organismo y para el de la inmensa mayoría de seres vivos, y una parte de los alimentos que comemos, sino porque la vida de nuestro bebé se forma en un hábitat líquido, que sirve de protección y descanso durante nuestros primeros nueve meses de vida.
Por todo ello, el parto en el agua es algo que cada vez practican más madres, puesto que el contraste entre ambientes es mucho menos acusado para nuestro bebé. Además de ello, esta no es cualquier agua, sino que se trata de una a temperatura tibia, que mantiene la temperatura corporal, y se hace en una bañera especial para el parto.
Entre sus beneficios, además de paliar ese contraste de hábitats para el bebé, también se encuentra la reducción de los dolores para la madre, lo cual es un punto muy a tener en cuenta, créenos. Además, los especialistas pueden ir a tu casa y asistirte en el momento del parto, haciéndolo en un ambiente más íntimo y rodeada de las personas que quieres.
No pensemos que el parto en el agua es algo muy exclusivo o propio de clínicas privadas. Sin ir más lejos, hospitales públicos, como San Cecilio, en Granada, dispone de unas bañeras con este fin.
Sin embargo, también hay detractores de estas prácticas y médicos que recomiendan conocer los contras del parto en el agua, como puede ser un menor control de la higiene y desinfección del lugar, o el aumento de tiempo de reacción si ocurre cualquier contratiempo.
Por ello, no está de mal tener en cuenta recomendaciones de este tipo, que tratan de evitar un riesgo mayor para la vida de tu bebé o de la madre si durante el embarazo ha habido ciertas complicaciones o se trata de uno de alto riesgo, o uno múltiple.
Por último, romper una lanza contra el mito del ahogamiento del bebé en el parto acuático. Aunque puede haber un caso aislado, las posibilidades son realmente pequeñas, puesto que el bebé sigue respirando a través del cordón umbilical hasta que este se corta y, al no notar el cambio de ambiente entre su medio líquido y otro que está a la misma temperatura, el bebé no tiene ese impulso de respirar por la nariz o boca.
Como siempre, lo mejor es hablar con tu médico y asesorarte sobre ello. De todos modos, desde Tiendas Baby’s siempre estamos abiertos a cualquier sugerencia, así que si es un tema que te interesa, siempre podemos plantear un taller sobre ello.
¡Gracias por leernos!